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Escuela de escritura creativa: primer cuestionario de la clave MYHLV

7 Nov

Escuela de escritura creativa en Valencia: actividades complementarias de la clave MYHLV. Los talleres de creación literaria de LIBRO VUELA LIBRE y las comunidades literarias de VALENCIA ESPACIOCREA ya tienen preparados los primeros paneles de participación de una nueva actividad complementaria que, con el título de Hombres y mujeres libro en Valencia, tendrá como objetivo rastrear las afinidades de lectura de los escritores en formación que actualmente forman parte de sus programas de escritura o de su próxima selección de talentos.

Escuela de escritura creativa en Valencia de LIBRO VUELA LIBRE. Actividades complementarias

Si eres uno de ellos y ya has recibido tu clave secreta, recuerda cuál ha sido el mejor libro que has leído últimamente, visita la primera galería de fragmentos que ha preparado el club de lectura de LIBRO VUELA LIBRE y sigue las instrucciones de tu grupo para participar en el primer panel de Mujeres y hombres libro en Valencia con esa clave que te identifica y que en este momento solo conoces tú.

Actividades complementarias de la clave MYHLV en las comunidades literarias de VALENCIA ESPACIOCREA y la escuela de escritura creativa de LIBRO VUELA LIBRE. Galería de fragmentos I

Comunidades de Valencia Espaciocrea y escuela de escritura creativa en Valencia: actividades complementarias de la clave MYHLV en los talleres literarios de LIBRO VUELA LIBRE Primer fragmento:

«Desde entonces dicen que cuando llega la noche de difuntos se oye doblar sola la campana de la capilla, y que las ánimas de los muertos, envueltas en jirones de sus sudarios, corren como en una cacería fantástica por entre las breñas y los zarzales. Los ciervos braman espantados, los lobos aúllan, las culebras dan horrorosos silbidos, y al otro día se han visto impresas en la nieve las huellas de los descarnados pies de los esqueletos. Por eso en Soria le llamamos el Monte de las Ánimas, y por eso he querido salir de él antes que cierre la noche.

La relación de Alonso concluyó justamente cuando los dos jóvenes llegaban al extremo del puente que da paso a la ciudad por aquel lado. Allí esperaron al resto de la comitiva, la cual, después de incorporárseles los dos jinetes, se perdió por entre las estrechas y oscuras calles de Soria.»

Gustavo Adolfo Bécquer, fragmento de El monte de las ánimas

Comunidades de Valencia Espaciocrea y escuela de escritura en Valencia: actividades complementarias de la clave MYHLV en los talleres literarios de LIBRO VUELA LIBRE Segundo fragmento:

«Ahora no tenía ni un cobre, vivía de la ominosa caridad de sus yernos, usaba una pañoleta con agujeros de lana negra y su pensión de treinta y dos pesos estaba menguada por dos préstamos amortizables. No obstante, aún quedaba el pasado para enhebrar recuerdo con recuerdo, acomodarse en el lujo que fue, y juntar fuerzas para odiar escrupulosamente su miseria actual. A partir de la segunda viudez, Elisa Montes había aborrecido con toda su increíble energía aquella lenta sucesión de presentes. A los veinte años se había casado con un ingeniero italiano, que le dio cuatro hijos (dos muchachas y dos varones) y murió muy joven, sin revalidar su título ni dejarle pensión. Nunca quiso mucho a ese primer marido, inmovilizado ahora en fotos amarillentas, con agresivos bigotes a lo Napoleón III y ojitos de mucho nervio, finos modales y asfixiantes problemas de dinero.

Ya en esos años, ella hablaba largamente de su antiguo cochero, sus sirvientas negras, sus quince habitaciones, a fin de que el hombre se sintiera hostigado y poca cosa en su modesto hogar con jardincito y sin sala. El italiano era callado; trabajaba hasta la madrugada para alimentarlos y vestirlos a todos. Por fin no aguantó más y se murió de tifus.»

Mario Benedetti, fragmento de Retrato de Elisa

Comunidades de Valencia Espaciocrea y escuela de escritura en Valencia: actividades complementarias de la clave MYHLV en los talleres literarios de LIBRO VUELA LIBRE Tercer fragmento:

«Y paseando por las calles había llegado frente a aquella casa y había oído los instrumentos y los ecos de la fiesta. el califa dijo al visir Giafar: “Quiero que entremos en esta casa para saber qué son esas voces.” Y el visir Giafar replicó: “Acaso sea un atajo de borrachos, y convendría precavernos por si nos hiciesen alguna mala partida.” Pero el califa dijo: “Es mi voluntad entrar ahí. Quiero que busques la forma de entrar y sorprenderlos.” Al oír esa orden, el visir contestó: “Escucho y obedezco.” Y Giafar avanzó llamó a la puerta. Y al momento fue a abrir la más joven de las tres hermanas.

Cuando la joven hubo abierto la puerta, el visir le dijo: “¡Oh señora mía! somos mercaderes de Tabaria. Hace diez días llegamos a Bagdad con nuestras géneros, y habitamos en el khan de los mercaderes. Uno de las comerciantes del khan nos ha convidado a su casa y nos ha dado de comer. Después de la comida, que ha durado una hora, nos ha dejado en libertad de marcharnos. Hemos salido, pero ya era de noche, y como somos extranjeros, hemos perdido el camino del khan y ahora nos dirigimos fervorosamente a vuestra generosidad para que nos permitáis entrar y pasar la noche aquí. Y ¡Alah os tendrá en cuenta esta buena obra!”

Anónimo. Fragmento de Historia del Mandadero y de las Tres Doncellas, de Las mil y una noches

Comunidades de Valencia Espaciocrea y escuela de escritura en Valencia: actividades complementarias de la clave MYHLV en los talleres literarios de LIBRO VUELA LIBRE Cuarto fragmento:

«Allí, en la muelle arena, a pocos metros de nuestros mayores, nos quedábamos tendidos la mañana entera, en un petrificado paroxismo, y aprovechábamos cada bendita grieta abierta en el espacio y el tiempo; su mano, medio oculta en la arena, se deslizaba hacia mí, sus bellos dedos morenos se acercaban cada vez más, como en sueños.»

Vladimir Nabokov, fragmento de Lolita

Comunidades de Valencia Espaciocrea y escuela de escritura en Valencia: actividades complementarias de la clave MYHLV en los talleres literarios de LIBRO VUELA LIBRE. Quinto fragmento:

«Y también el jardín estaba tal como yo lo había dejado, también el estanque estaba como yo lo vi por última vez, antes de regresar a mi patria. Alguna mata de más en los canteros, algunas hojas más en el estanque y todo el resto como antaño. Quise entonces volver a ver mi cara en el agua y me di cuenta de que era diferente, muy diferente de aquella que tan lúcidamente recordaba. El encanto de ese estanque, de ese sitio volvió a apoderarse de mí. Me senté sobre una de las rocas artificiales y con la mano moví las hojas muertas para formar un espejo más grande a mi rostro palidecido y transfigurado. Permanecí algunos minutos mirando mi imagen y pensando en las leyes del tiempo cuando vi dibujarse en el agua otra imagen junto a la mía. Me volví bruscamente: un hombre se había sentado a mi lado y se reflejaba junto a mí en el estanque. Lo miré sorprendido -volví a mirarlo y me pareció que se me asemejaba un poco. Dirigí de nuevo los ojos al estanque y contemplé otra vez su imagen reflejada sobre el fondo sombrío. Al instante comprendí la verdad: ¡su imagen se parecía perfectamente a la que yo reflejaba siete años antes!»

Giovanni Papini. Fragmento de Dos imágenes en un estanque

Comunidades de Valencia Espaciocrea y escuela de escritura en Valencia: actividades complementarias de la clave MYHLV en los talleres literarios de LIBRO VUELA LIBRE. Sexto fragmento:

«En la punta de la palabra está la palabra. Quiero usar la palabra «tertulia», y no sé dónde ni cuándo. Al lado de la tertulia está la familia. Al lado de la familia estoy yo. Al lado de mí estoy yo. Es hacia mí adonde voy. Y de mí salgo para ver. ¿Ver qué? Ver lo que existe. Después de muerta es hacia la realidad adonde voy. Mientras tanto, lo que hay es un sueño. Sueño fatídico. Pero después, después todo es real. Y el alma libre busca un canto para acomodarse. Soy un yo que anuncia. No sé de qué estoy hablando. Estoy hablando de nada. Yo soy nada. Después de muerta me agrandaré y me esparciré, y alguien dirá con amor mi nombre.

Es hacia mi pobre nombre adonde voy.»

Clarice Lispector, fragmento de Es allí a donde voy

Comunidades de Valencia Espaciocrea y escuela de escritura en Valencia: actividades complementarias de la clave MYHLV en los talleres literarios de LIBRO VUELA LIBRE. Séptimo fragmento:

En el estudio, donde fue ella a verlo aquella misma semana, lo primero que hizo fue admirarse al ver la espléndida abundancia de su obra. No dejaba de mirarlo todo encantada, tan conmovida que, en sus propias palabras, estaba apabullada.

—Tiene usted maravillas que enseñar.

—¡Desde luego! —dijo Stuart Straith.

—Ahí es donde me gana usted.

—Me parece que, en eso —prosiguió él—, gano a casi todo el mundo.

—¿Y todo es reciente?

Igual que ella, él miró a su alrededor.

—Algunas cosas son muy antiguas. Pero debo confesar que mis obras tienden a envejecer extraordinariamente deprisa. La verdad es que ahora me parece que nacen viejas.

Al cabo de un rato, como tenía por costumbre, ella volvió a cierto asunto ya hablado.

—Es usted infeliz. No es cierto que esté más allá de la felicidad. Está usted instalado, asentado limpia y llanamente en la infelicidad.

—Bien —dijo Straith—, si me rodea como un desierto en el que estoy perdido, viene a ser lo mismo. Pero quiero que me cuente algo de usted.

Henry James, fragmento de Alas rotas

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