Los relatos iniciales de Katherine Anne Porter, escritora y periodista del sur de Estados Unidos cuyos cuentos han sido ampliamente reconocidos por la crítica literaria, formarán parte este verano de las recomendaciones de lectura de los talleres y cursos de escritura creativa de «Libro, vuela libre» en Valencia y de las actividades complementarias de la clave K-26.
Cuatro fragmentos de «Judas en flor», uno de sus relatos cortos, abrirá el primero de nuestros tributos a esta autora del sur norteamericano y a la atractiva narrativa por la que ha sido nominada tres veces para el Premio Nobel de Literatura y fue merecedora del Premio Pulitzer y del National Book Award.
Taller de escritura, recomendaciones de lectura. Katherine Anne Porter, fragmento 1 de Judas en flor. Clave K-26:
«Nadie se atrevía a sonreírle. Braggioni era cruel con todos, con una especie de insolencia especializada, pero estaba tan orgulloso de su talento, y era tan sensible a las críticas, que se necesitaría una crueldad y un orgullo mayores que los suyos para poner un dedo en la gran llaga incurable de su vanidad.»
Club de lectura en Valencia, recomendaciones del taller de escritura. Katherine Anne Porter, fragmento 2 de Judas en flor. Clave K-26:
«Tiene la malicia, la sagacidad, la perversidad, el ingenio, la crueldad, estipuladas para amar al mundo provechosamente. Jamás morirá de eso.»
Taller de escritura en verano, recomendaciones de lectura. Katherine Anne Porter, fragmento 3 de Judas en flor. Clave K-26:
«En un tiempo todas las muchachas y mujeres casadas que lo perseguían lo llamaban Delgadito: era tan esmirriado que se le veían los huesos bajo la fina ropa de algodón, y podía apretarse el vientre hasta tocarse el espinazo con las dos manos. Era poeta y la revolución era sólo un sueño; demasiadas mujeres lo amaban y le agotaban la juventud y nunca comía lo suficiente, en ninguna parte.»
Escuela de escritura en Valencia, recomendaciones de lectura. Katherine Anne Porter, fragmento 4 de Judas en flor. Clave K-26:
«Algún día este mundo, aparentemente tan armonioso y mesurado y eterno, hasta las orillas de todos los mares será una mera maraña de trincheras abiertas, de paredes derrumbadas y cuerpos destrozados. Todo debe ser arrancado del sitio de costumbre, donde se pudrió durante siglos, arrojado al cielo y distribuido, caer limpio como lluvia, sin una identidad separada.»
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