El mejor momento para escribir es aquel en el que nos encontramos más lúcidos, sobre todo si hemos decidido enfrentarnos al universo complejo de la novela, que exige altas dosis de estrategia y toda nuestra entrega y concentración. La mayoría de nosotros, además, sabemos situar nuestras horas altas en el lado de las aves nocturnas o diurnas, en el del ajetreo diario o el silencio, en el de los espacios públicos o privados… Pues lo cierto es que de manera más o menos consciente todo escritor, todo artista, escucha la llamada de su ser interior, responde al ritmo de sus impulsos y acaba creando su propia rutina de trabajo. ¿Cuál es el mejor momento para escribir? Eso depende, le corresponde decidirlo a cada autor. Pero curioseemos al respecto en la experiencia de estos cuatro grandes escritores, que siempre han formado parte de nuestro foro de escritura:
Reflexiones sobre creatividad y literatura. Talleres, seminarios y cursos de escritura creativa en Valencia adscritos a la iniciativa «Libro, vuela libre» y a su liberación de talentos.
Desde el punto de vista de la organización, no conozco otro método que el de ponerme a escribir todos los días a la hora que es más propicia para mí, por las mañanas. Apenas me cuesta esfuerzo, ésa es la verdad, creo que cualquier otra actividad me costaría más o menos esfuerzo, pero ponerme a escribir por las mañanas es exactamente lo que quiero hacer.
Soledad Puértolas
Cuando estaba criando a un niño me obligué a aprender a escribir en lapsos breves y muy concentrados. Si tenía un fin de semana, o una semana, hacía increíbles cantidades de trabajo. Ahora esos hábitos parecen haberse arraigado. En realidad, sería mucho mejor que pudiera trabajar más lentamente. pero es un hábito. he advertido que casi todas las mujeres escriben como yo…, en tanto que Graham Greene, por lo que sé, escribe doscientas palabras perfectas por día.
Doris Lessing
Algunos escritores necesitan tomar café, whisky u otros estimulantes, pero yo no recurro a nada de eso. Me levanto muy temprano, ahora a las cinco de la mañana y antes lo hacía a las cuatro. Es en esas horas de la mañana cuando estoy más despierto y me encuentro con más lucidez; a medida que avanza el día me voy cansando. Esa hora primera, en la que nadie me llama, que no hay teléfono, no hay ruido, no hay molestias, para mí es fundamental. Es cuando monto mis tinglados en las novelas. El resto de la mañana sigo escribiendo y ya por las tardes me voy al cine o a pasear.
Jose Luis Sampedro
Trabajo todas las mañanas, inmediatamente después de la salida del sol. No hay nadie que moleste y hace fresco y uno entra en calor a medida que va escribiendo. Se lee lo que se lleva escrito y, como uno siempre se detiene cuando sabe lo que va a suceder a continuación, sigue escribiendo a partir de ahí. Se escribe hasta que se llega a un lugar donde a uno todavía le queda jugo y donde se sabe lo que va a suceder a continuación y entonces uno se detiene y trata de seguir viviendo hasta el día siguiente, cuando se vuelve a poner manos a la obra. Cuando uno se detiene está tan vacío, y al mismo tiempo nunca vacío sino llenándose, como cuando se ha hecho el amor con alguien a quien se ama. Nada puede afectarle a uno, nada puede suceder, nada significa nada hasta el día siguiente, cuando volvemos a hacerlo. Lo difícil de sobrellevar es la espera hasta el día siguiente.
Ernest Hemingway
Talleres literarios LUNA De PAPEL -Valencia
Club de lectura enValencia
Querida Aurora:
Pues, de los ejemplos que pones, creo que se saca la conclusión obvia de que, la mejor hora para escribir es… cuando cada uno lo cree más conveniente, o se siente mejor, o puede hacerlo. Como todo en la vida.
Creo que el autor consagrado, que vive de escribir y no tiene ninguna otra obligación, podrá con su propia experiencia, escoger las horas en que sienta más a gusto. Como dicen aquí José Luis Sampedro o Hemingway, pero si uno está atado a otras obligaciones perentorias, tendrá que aprovechar los momentos en que pueda escaquearse de ellas, así sean cortos, como cuenta Doris Lessing.
No soy escritor, ni mucho menos, pero sí recuerdo que en mi ya lejana juventud, iba en el Metro escribiendo artículos técnicos en un pequeño blog, mientras me dirigía a desempeñar un aburrido trabajo de oficina. Y durante toda mi vida, he ido escribiendo “a salto de mata”, las pequeñas cositas que hago. Incluso, aprovechando los momentos en que estoy en el aula, sentado ante el ordenador, mientras llegan mis alumnos.
Otra cosa que he notado, diferente a lo que cuenta Hemingway es, que a veces las cosas “salen”, como solas y diferentes a lo que pensábamos escribir. Como si tuvieran vida propia, o uno no supiera “lo que va a suceder a continuación” que dice él.
Creo haber leído de otros escritores, que dicen que: Los personajes de sus novelas, no hacen siempre lo que él quiere, sino que pareciera que tuvieran vida propia y el desarrollo fuera por donde esos personajes quieren, independientemente de lo que su autor pensaba. Incluso, alguno he leído que afirma que hay personajes que aparecen solos…
Y el caso más dramático, que tengo siempre presente desde que lo leí hace ya muchos años es, el de Emilio Salgari, que escribía febrilmente acuciado por su editor, que le pagaba una miseria pero tenía que adelantarle dinero para sobrevivir, y siempre le estaba exigiendo más originales. Así que no tuvo un momento de paz o tranquilidad para escribir. Hasta que esa situación lo empujó al suicidio…
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Gracias por tus ejemplos y reflexiones, Enrique.Hay todo un abanico de posibilidades. En ocasiones las dificultades y presiones cotidianas destruyen y, otras,agudizan la creatividad y la entrega del escritor. Dostoievski por ejemplo escribió sus mejores pasajes en mitad de sus episodios más frecuentes y agudos de epilepsia.
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Todos tenemos una composición química diferente, seguramente por ello nos activamos a partir de diferentes estímulos, lo importante en cualquier caso es estar en estado de alerta para cuando llega el cortocircuito y flash !!! empieza una cascada de ideas que habrá que domar … o no….
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Gracias por tu inspirada e interesante respuesta, pep, estoy plenamente de acuerdo contigo.
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Me gustó. Sobre todo por lo objetivo y anti mítico de lo que enseña sobre el trabajo de escritor. Y por la síntesis equilibrada de las fuentes de género que has elegido para ilustrarlo. Los buenos post, generan «buenos comentarios» -como el de Enrique Gutiérrez y Simón, que me resultó interesante sobre todo por el desenlace que alcanza su «cuento», que me llevó pensar por qué no existe un «Reglamento de Seguridad en el Trabajo» para esta profesión que es tan peligrosa como muchas otras-. ¿Por qué se habrá suicidado Hemingway?
Cuídate.
LB
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Muchas gracias, Lázaro, por el camino siempre me dejas alguna palabra-regalo. Te debo dos respuestas, así que te contestaré con una imagen arquetípica que siempre es más poderosa y libre a la hora de generarlas o de abrir camino a sus interrogantes hermanadas. Aunque ha sido extraída de un oráculo lunar, puede recordar a aquellos pájaros de Octavio Paz o a otras aves incandescentes, y hablar de éste o de otro tiempo marcado por la resonancia plutoniana, por la promesa de cambio del más invisible e implacable de los cirujanos. Simplemente te la envío porque es hermosa para visualizar y a mí me encanta, ya que cualquier limpieza profunda viene precedida por el tiempo de los volcanes:»Una figura gris se encuentra de rodillas sobre una plataforma con formas de vida primitiva, en la postura de un atleta que está a punto de comenzar a correr. Lleva un collar ceremonial que indica tanto servidumbre como poder. Las llamas de un Sol eclipsado revelan su todopoderosa presencia detrás de la Luna Nueva, y en el fondo del dibujo vemos un volcán oscuro y activo, cuyas llamas se mezclan con el ardiente cabello de la figura. El círculo que forman las ramas del árbol situado a un lado nos recuerda que se aproxima la Luna LLena». Un abrazo,
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Querida Aurora: soy Carlos Roldán, tu antiguo alumno. Dos talleres con tu dirección y la compañía de personas sensibles, amables y con talento están entre mis mejores recuerdos. Está en maquetación el que será mi séptimo librito. Escribir me libera de muchas cosas y creo que me hace mejor persona. Animo a todas las personas que se sientan tentadas por la escritura a inscribirse en tu taller.
Sigo muy ocupado, quizás demasiado, ya que el violín y la Cruz Roja se llevan muchas horas de mi tiempo.
Recibe un cordial saludo extensivo a tus alumnos.
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Muchas gracias por tus palabras, Carlos, y enhorabuena por esa séptima publicación que está en marcha ya. Nos encantaría saber de ella cuando salga de imprenta. Estamos en contacto. Un abrazo fuerte,
Aurora
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Si bien me ha parecido interesante el artículo, los comentarios no se han quedado atrás. Con este tipo de «testimonios» por así decirlo, nos damos cuenta de que cada escritor es un mundo y que las fuentes de inspiración son inmensas.. Me ha encantado conocer unas poquitas sobre estos escritores. Un fuerte abrazo
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