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¿No pensáis lo mismo?: todo escritor es un apasionado rescatador de historias y un valioso testigo de su época; y toda obra de arte es un acto de amor que se sustenta en la técnica, pero sobre todo en el misterio… Charles John Huffan Dickens (Portsmouth, Inglaterra, 1812-1870) es un buen ejemplo de ello. El principal novelista inglés de la era victoriana y uno de los más conocidos de la literatura universal merece, sin duda, inaugurar esta categoría de “Grandes clásicos”.
En su extensa obra combinó con maestría narración, humor, sentimiento trágico, ácida crítica social e ironía; pero su mayor logro fue su aguda percepción de la condición humana. Él mismo lo expresó con estas palabras: “El corazón humano es un instrumento de muchas cuerdas, y el perfecto conocedor de los hombres las sabe hacer vibrar todas, como un buen músico”. Al confesar esto estaba desvelando parte del secreto para acceder a lo universal, que es el sueño último del arte.
El sueño de Dickens…
“El Sueño de Dickens” (Dickens’ Dream) es también la obra inacabada del pintor victoriano Robert W. Buss que encabeza esta reflexión, y en la que aparecen los personajes que poblaron la mente del genial escritor flotando a su alrededor como fantasmas inconclusos. Pero a Dickens se le pueden atribuir muchos sueños: hombre de enorme energía y talento, se dedicó a múltiples actividades extraliterarias y llegó a impartir seminarios en contra de la esclavitud. Fue un ejemplo como artista y como ser humano, que luchó porque se llevaran a cabo reformas sociales.
Debemos ser agradecidos con las grandes figuras de la literatura que nos lo han dado todo, debemos rendir homenaje a los grandes hombres que nos han enriquecido y mejorado. Sirva como tributo este vídeo sobre el mundo que nos describió Dickens y las citas de los maestros que lo admiraron. Él siempre abrazó el sueño de la libertad: la de los hombres de su tiempo sometidos a esclavitud y la de crear historias. ¿Acaso no reside finalmente su sueño en esta facultad?: Dickens fue libre y nos hizo libres a través de la palabra.
Redescubramos el genio de Dickens, cada día, en sus obras:
“Papeles póstumos del club Pickwick” (1836-1837),“Oliver Twist” (1839), “La tienda de antigüedades” (1841), “Barnaby Rudge” (1841), “Canción de Navidad” (1843),“Martin Chuzzlewit” (1844), “Dombey e hijo” (1848), “David Copperfield” (1850), “Casa desolada” (1853), “Tiempos difíciles” (1854), “La pequeña Dorritt” (1857), “Historia de dos ciudades” (1859), “Grandes esperanzas” (1861), “Nuestro amigo común” (1865).
Charles Dickens y Dylan Thomas. Actividades complementarias de la clave YS 22. Símbolo y ficción:
Fragmento de «Historia de dos ciudades», de Charles Dickens:
«Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos. La edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero nada teníamos, íbamos directamente al cielo y nos perdíamos en sentido opuesto.»
Poema «No entres dócil en esa buena noche» –Do Not Go Gentle into that Good Night-, de Dylan Thomas (1914-1953)
No entres dócil en esa buena noche,
la madurez debería arder y sentir ira al finalizar el día;
ira, ira contra la muerte de la luz.
Aunque los sabios, al concluir su tiempo, sepan que la oscuridad es justa,
porque sus palabras no bifurcaron el relámpago,
no entran dóciles en esa buena noche.
Los hombres buenos, los últimos en pasar, lamentando cuan brillantes
sus frágiles obras habrían bailado en una bahía verde,
sienten ira, ira contra la muerte de la luz.
Los hombres salvajes que detuvieron y cantaron al sol en el aire,
y aprendieron, demasiado tarde, mortificándose en su andar,
no entran dóciles en esa buena noche.
Los hombres graves, cerca de la muerte, que observan con la vista borrosa
que los ojos ciegos podrían quemarse como meteoros y ser alegres,
sienten ira, ira contra la muerte de la luz.
Y tú, mi padre, desde las tristes alturas,
maldice, bendíceme con tus fieras lágrimas, lo ruego.
No entres dócil en esa buena noche.
Siente ira, ira contra la muerte de la luz.











Sólo un genio puede empezar un libro así: «Es el mejor de los tiempos, es el peor de los tiempos. Es la edad de la sabiduría, y también de la locura. Es la época de la fe, y también de la incredulidad, la primavera de la esperanza y el invi…erno de la desesperación. Lo tenemos todo, pero no somos dueños de nada, caminamos derechito al cielo pero tomamos el camino a otro lado». (Historia de dos ciudades). Cuando lo leí con 17 o 18 años se me cayeron las medias ante tanta literatura. Había leído otros libros de Dickens pero «Historia de dos…» era distinto, brutalmente distinto. Un abrazo. Jimmy
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Quizás alguien conozca la anécdota con más detalles, así que espero colaboración si yerro en algo. Cuentan que Dickens terminó de escribir sus «Cuentos de Navidad» en una vieja cantina de Londres. Al cerrar su cuaderno de notas comenzó a llorar y se secó las lágrimas con la manga de su chaqueta. El camarero se acercó con una pequeña copa de brandy y le preguntó: ¿por qué llora señor Dickens? Beba un trago, invita la casa. ¿Tiene algún problema? «. El escritor tomo el trago de brandy y le dijo al camarero: Sí tengo un problema. Lloro por que ya no volveré a estar más con mis personajes,
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Algún dato más sobre Dickens. Quienes conocieron a Dickens de cerca (familiares, amigos e incluso la señora de la limpieza), comentaban que cuando el escritor trabajaba en una novela, con frecuencia corría hasta un espejo. Una vez frente a éste, torcía el rostro haciendo una serie de gestos y muecas. Después volvía corriendo a su escritorio para continuar escribiendo sin pausa.
En esos momentos era como si sus personajes lo poseyeran temporalmente. En más de una ocasión, Dicksen comentó que escuchaba cada palabra que decían los personajes de su novela. Según él, no inventaba las historias, las veía.
De igual forma comentaba que le gustaba hundirse en las desgracias y los sufrimientos de sus personajes y pasaba a la alegría más grande cuando los acompañaba la buena fortuna. En más de una ocasión hablaba sólo por su casa intentando captar la forma de hablar de sus personajes y, quién sabe, temeroso de perder su poderosa imaginación, soportaba a diario la intromisión de sus personajes en el día a día.
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TALLERES PRESENCIALES DE ESCRITURA CREATIVA EN VALENCIA: https://auroraluna.wordpress.com/about/ La historia de la literatura es la de los grandes hombres, los grandes maestros que nos enriquecieron y mejoraron. HOMENAJE A LOS GRANDES MAESTROS: CHARLES DICKENS “El corazón humano es un instrumento de muchas cuerdas, y el perfecto conocedor de los hombres las sabe hacer vibrar todas, como un buen músico.» Charles Dickens
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