«Eran comentarios relevantes para nuestro mundo, porque él sabía que la literatura siempre se dirige a los lectores del presente».
Una historia natural de la curiosidad, Alberto Manguel.
¿Qué nos permite la lectura?: mirar, indagar, pensar, curiosear… Montaigne escribió que una cabeza bien formada es siempre preferible a una muy llena; Rousseau, que solo somos curiosos en proporción con nuestra cultura; y Maurois, que la cultura es lo que queda después de haber olvidado lo que se aprendió. En cualquier caso no cabe la menor duda de que la cultura, ese mar al que siempre acaban dirigiéndose las almas inquietas, está íntimamente ligada a la lectura y de que el desarrollo de la capacidad de aprender a aprender, de aprender a pensar, ha de estar presente en cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje de nuestro tiempo. Alberto Manguel, uno de los autores de referencia de nuestro taller de escritura en Valencia, lo describe hermosamente en este pasaje de «Una historia natural de la curiosidad», la obra que nos acompañará en nuestro próximo encuentro literario: