MOSAICOS LITERARIOS. Talleres y cursos presenciales en Valencia de escritura creativa. Clave T2

13 Mar

Cursos presenciales en Valencia

   Una nueva propuesta de mosaicos literarios vuelve a los juegos de temporada de  los talleres y cursos presenciales en Valencia adscritos a LIBRO, VUELA LIBRE. Las instrucciones relacionadas con esta clave y los tributos al autor peruano Jorge Eduardo Eielson y a la escritora italiana Alessandra  Lavagnino inaugurarán, en nuestros inminentes juegos de escritura creativa para adultos, las experiencias literarias de la clave T2.

Juegos de temporada de los talleres y cursos presenciales en Valencia adscritos a LIBRO, VUELA LIBRE. Clases de escritura creativa, mosaicos literarios de la clave T2:

Talleres y cursos presenciales en Valencia

Comunidades de escritura creativa de LIBRO, VUELA LIBRE. Tributos literarios de la clave T2:

Cursos presenciales en ValenciaJorge Eduardo Eielson, fragmento de ‘Marta y María’

“Decidió trasladar a Lázaro muy cerca de su hermana, de modo que su aliento fétido y su cara carcomida estuvieran siempre a su alcance. Así lo hizo. Lázaro, sin embargo, se apartó de María y se arrastró hasta la ventana, con la cabeza doblada. Allí apoyó el rostro contra el alféizar y se quedó mirando la nieve con sus ojos acuchillados, su cuello verdoso, sus labios entreabiertos y llenos de pequeños gusanos amarillos. María trató de incorporarse hacia él, pero cayó en el lecho presa de un silencio mortal. Marta no pudo menos que reconocer el dolor incurable de María.
Lázaro había sido para ellas la felicidad. Aún le parecía verlo, risueño como un niño, cantando y labrando, él mismo, el campo de una inmensa propiedad que les pertenecía desde la muerte de sus padres. Lázaro construyó allí una casa sólida, rodeada de árboles y flores, sin lujo, pero llena de Sol y de música. Porque Lázaro tocaba el arpa y gustaba de cantar después de las comidas. Marta y María lo habían amado por todo esto, y él no había mostrado jamás preferencia por ninguna.
Marta recordaba claramente que cuando su hermano repartía la merienda o dividía los sembríos de trigo, lo hacía con una justicia admirable. Igualmente si alguna vez regalaba unas guedejas o un traje a María, al día siguiente llevaba un presente igual para ella. Muchas veces habían paseado juntos, montados en tres borriquitos dulces y mansurrones.
Al fin de la jornada, Lázaro estrechaba, entre sus brazos, un caprichoso ramo de flores. El aroma de la tierra, la claridad caliente y vaporosa de las noches, el ruido del viento en el interior de las hojas y de los frutos, la frescura de la yerba sobre la tierra, todo era para Lázaro objeto de adoración. Marta y María no pudieron dar crédito a sus ojos cuando una tarde, por entre el jardín oscuro, debajo de un durazno cargado de frutos, apareció un hombre de barba con el cadáver de Lázaro entre los brazos.”
Cursos presenciales en ValenciaAlessandra Lavagnino, fragmento de ‘Un granizado de café con nata’
«Había vaciado el cerebro de cualquier cosa que no fuera la camisa, porque el trabajo manual, aunque demorado, la absorbe. De ahí su fuerza inmensa. Arreglar cuello y puños. Descoser los viejos, copiarlos sobre la tela nueva empleando la tela por el lado justo, calculando el número de trozos, después seguir el corte con los dobladillos y los refuerzos; el ojal y el botón, después las costuras. Otro tanto, un poco distinto, pero esta vez por duplicado —¡dos veces! ¡Idénticas!— para los puños. Sabía que no podía seguirlo todo, pero intentaba ver las secuencias de las imágenes del trabajo ralentizadas hasta el tiempo necesario para su ejecución, sin nada más dentro; o bien repetidas, cada una de ellas un número x, potencialmente infinito, de veces mientras la ejecución llegaba.”


LIBRO, VUELA LIBRE

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55 respuestas to “MOSAICOS LITERARIOS. Talleres y cursos presenciales en Valencia de escritura creativa. Clave T2”

  1. Inyanga 31 de marzo de 2017 a 0:47 #

    Una tarde de primavera los habitantes de Guadix ataron cuerdas entre los árboles para colocar paraguas que dieran sombra en las horas de máximo calor y luces que iluminaran la pista donde actuaría Tom el payaso. Runy, un gato muy juguetón, empezó a saltar sobre los paraguas rompiendo entre salto y salto las bombillas.En el silencio de la noche escuchó llorar al payaso y dándose cuenta de la que había liado trepó y trepó de un árbol a una nube, de una nube a la luna y al verla le suplicó que esa noche brillara para que Tom el payaso pudiera actuar , luego le confesó a su amiga que había roto las bombillas en su afán de divertirse y que se sentía triste.La luna le pidó a Runy que bajara dulcemente de nube en nube sin arañarlas y que avisara a Tom porque hoy también haría feliz a muchos niños.

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  2. Jennifer Jones 1 de abril de 2017 a 9:06 #

    MI ALEPH

    Aquel martes, como tantos otros, nos sentábamos alrededor de la mesa a desarrollar nuestro talento creativo, convencidos de tener un dote literario y un potencial artístico.
    Yacía frente nuestro un recipiente de vidrio, donde en general se exponen exquisitas tortas, tres libros de Jorge Luis Borges, y a partir de su ¨Aleph¨ se dio la premisa del próximo trabajo.
    Recordé la pequeña esfera tornasolada, la incapacidad de los humanos de abarcar la multiplicidad infinita del universo, la primera letra del alfabeto hebreo, y la confluencia de lo tradicional y lo metafísico.
    Si por azar encontraría mi propio Aleph, en algún zaguán oscuro de una vieja casa, que vería yo reflejado en él. Y…
    Vi a mi madre pariendo y a mi naciendo con una pena de muerte bajo el brazo.
    Vi a mi padre llevándome de la mano al circo dominguero, esquivando aquel payaso que no reía como en escena.
    Vi las luces encendidas sobre la mesa festiva vestida de blanco, la familia, el origen, los abrazos que acarician el alma por dentro.
    Vi la noche nacer, como piedra negra, y a mi gato sentado en la ventana dibujando las curvas perfectas de aquella imperfecta luna, mirando infinitas galaxias y planetas en torno a las estrellas.
    Vi llover paraguas en una tarde gris de humedades porteñas, y la tibieza de algún cuerpo que ya no recuerdo.
    Me vi hurgando en una caja de Pandora para sacar demonios, y escribir nostalgias de autores frustrados.

    Jennifer Jones

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    • Marta Torquat 17 de abril de 2017 a 20:37 #

      Marta Torquat

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    • AFRODITA 19 de abril de 2017 a 10:09 #

      Yo Afrodita, doy mi voto a Jennifer Jones

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  3. Esteban Rey 1 de abril de 2017 a 12:41 #

    —¿Por qué estás triste payaso? La luna brilla como no lo había hecho en mucho tiempo. ¿No te gusta la luna?
    —No es por la luna, Gato. Es por las luces que esas sombrillas no me dejan ver. ¿Tú sabes que existen unas luces creadas por el hombre, que brillan más que las estrellas? ¿Que dan calor como el fuego para el frio invierno, y alejan las sombras para arrojar luz sobre lo que no vemos?
    —Sé que los hombres son peligrosos y que no debo acercarme a ellos. Pero se deshacen de cosas que puedo comer.
    —Los hombres no son peligrosos, Gato. A mí me han hecho los hombres. Los hombres son creativos y curiosos. Son grandes estudiosos de la vida. Tienen curiosidad por saber quién pone el sol en el cielo, o la luna que tanto admiras. Buscan lo que nunca encuentran. Y construyen lo que necesitan. Ellos hacen que la vida sea más fácil y divertida.
    —¿Entonces por qué te han hecho triste, Payaso?

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    • Pepa Sontang 24 de abril de 2017 a 16:29 #

      Yo, Pepa Sontag voto a Esteban Rey

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  4. Pepa Sontag 1 de abril de 2017 a 14:18 #

    Ella, tan delicada caricia; pincel que dibuja la noche oscura; acompañante exclusiva de la Dama Soledad, que la toma de la mano acercándose a la menguante Luna, vistiendo su traje más felino; amante y testigo del silencio.
    Ella, magia que trasciende en su rostro, de día luce un traje diferente con máscara de payaso, máscara que oculta el opuesto sentir.
    Ella, envuelta en el crugir de la cesta que atrapa su sentido de vivir, y al mismo tiempo, anhela las luces que habitan en el bosque de la alegría.
    Hoy, numerosas sensaciones que cuelgan en forma de extrañas bombillas, llenando cada espacio vacío del sótano de su templo.
    Lluvia incesante que golpea bruscamente a tres paraguas transparentes: inspiración, alegría y verdad, tres paraguas danzando en la inmensidad del bosque, buscándola…a ella.

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  5. Hiedra 2 de abril de 2017 a 16:48 #

    SHERIFÁ

    Esto me lo contó Sherifá:
    Habían apagado todas las luces, la estancia estaba iluminada por la temblorosa llama de unas pocas velas. Estaba echada sobre una inmensa bandeja de latón redonda, ligeramente cóncava, con multitud de dibujos cincelados, que alguien hacía girar, lentamente, sobre sí misma. Había muchos hombres con chilaba: algunos, sentados en cuclillas con la espalda apoyada en la pared, fumaban el narguilé, otros charlaban a media voz entre sí, otros miraban. La sala estaba cargada de humo, de olores; olía a especies, olía a hachís, olía a sudor viejo.
    Cesó de girar la bandeja y todas las miradas se posaron en mí, hojas brillantes de pequeñas dagas de acero. Alguien me dio la mano y empujándome, dijo:
    -Baila.
    Tambaleante, empecé a moverme al son de una música sorda que salía de no sé dónde acompañada de palmas, multitud de palmas que marcaban el ritmo cada vez más frenético. Los hombres se acercaban a mí y se reían, caras arrugadas, bocas desdentadas, oscuras, de risa muda. Bailé, bailé hasta que caí sobre el suelo de tierra batida. Miré hacia arriba y juro que vi la luna, vi la luna, vi la luna blanca, redonda, triste… Me desperté horas más tarde en un callejón húmedo y supe que éste era mi último y mi primer día. No recuerdo nada más. Había estado desaparecida durante nueve meses. Esto es lo que les ocurre a las mujeres que deambulan por el puerto. No te acerques allí.
    Sherifá cogió su bebé de la cuna y, suavemente, comenzó a cantarle una canción que no entendí.

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  6. Mayakovski 2 de abril de 2017 a 18:14 #

    Luz profusa.
    cuerpos celestes luminosos
    astros de cristal y fuego
    que en la noche
    enciende un caminante ciego.
    Para alumbrar la poesía
    Que crece ahora en vosotros.
    Como la higuera impetuosa,consentida,
    abriendo sus frutos esplendentes,
    savia blanca refulgente se acerca,
    el verano con verbo derramado.
    Deslumbrado en racimos de luz.
    Luz profusa. Por detener un instante
    la belleza tan fugaz, tan difusa.

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  7. Narcisa 2 de abril de 2017 a 19:25 #

    — ¿Que sabor tendrá la luna? —Me pregunte una noche.
    Y la descubrí de pronto, en aquel charco de agua atrapada sobre el empedrado.
    Triste y solitario, baje de a poquito, y me atreví a lamerla. Sabía a almendra tostada. La bebí lentamente, para que se quedara conmigo, un rato más.
    Una madreselva la adornaba con su corona de flores, y juntas comenzaron a flotar despidiendo el primer perfume de primavera.
    Mi sombra a través de los faroles, entraba en ella de una forma curiosa.
    Me sentí su amante. Le bese cada límite de su entorno, mientras se mecía con el viento.
    Ella jugaba a las escondidas conmigo.
    No podía dejar de mirarla, y fue entonces, cuando las nubes pretensiosas se ocuparon de borrarla.
    — ¿Dónde está mi luna? —Pensé.
    Comencé a correr sorteando tejados y gotas de lluvia. No la encontraba.
    Decidí volver al lugar de los gatos solitarios, esperando que pasase el aguacero, para volver a buscar a aquel charco de agua, que cobijaba a mi luna de la próxima noche estrellada.

    Narcisa.
    2 de abril de 2017

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  8. AFRODITA 3 de abril de 2017 a 7:25 #

    ATARDECER

    Me he equivocado tantas veces, que llegar hasta aquí ha sido, solo, consecuencia de mis errores. Me arrepiento de todo, lo lamento todo: creí tener el poder y me adentré en la tormenta a tientas, me lancé sin flotador en un desierto de arenas movedizas. Saltaron las alarmas pero yo negué la evidencia mirando hacia otro lado. Quise jugar a la inmunidad aunque fui de farol y perdí la batalla. Para no aceptar mi derrota me agarré a un clavo en el momento que la pared se derrumbaba. Cuando busqué la luz, el faro ya estaba abandonado. Y ahora que siento en la mejilla la caricia de la Pálida Dama, no quiero dormir: temo el sueño eterno. Es pronto, muy pronto, aun no es mediodía.

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  9. Tris/Trás 3 de abril de 2017 a 10:47 #

    Hay noches donde la luna juega al escondite con las nubes,
    dibujando sombras libres de ser imaginadas,
    donde todo parece ser y nada es.
    Hay días donde la lluvia te cala
    bajo esqueletos de paraguas
    suspendidos del cielo, y
    el corazón abre la ventana del alma.
    Mágica magia.

    Tris/Trás

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  10. Bal-la. 3 de abril de 2017 a 11:33 #

    Jhon abrió los ojos poco a poco mientras estiraba sus miembros entumecidos por la humedad. Le dolía todo el cuerpo, especialmente la parte posterior de la cabeza. Se tocó y descubrió un enorme chichón con una herida abierta.
    Palpó a su alrededor y notó las gotas del rocío sobre el lecho de hojas en el que se hallaba. Se sentía muy cansado; respiró profundamente y percibió el olor a tierra mojada, a césped recién cortado; levantó la mirada y quedó deslumbrado por los potentes rayos de sol que se colaban a través del follaje de los centenarios árboles que le rodeaban.
    No había duda, se encontraba en Central Park.
    Intentó comprender lo sucedido, pero era incapaz de recordar, su estado de conciencia estaba alterado, a su mente acudían imágenes fragmentadas, sueltas, sin orden ni sentido…Bombillas, muchas luces, la barra de un bar, gritos, carreras…Se metió la mano en el bolsillo y sacó una tarjeta: «The CAT and the moon. Disco» Un nuevo flash se disparó en su mente: fiesta, música, payaso, ráfagas de metralleta… Sintió como se le alteraba el pulso y como un nudo en la garganta le cortaba la respiración. Rompió a llorar.

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    • Sïana 15 de abril de 2017 a 20:58 #

      Sïana vota a este relato de bal-la.

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  11. Alessandra 3 de abril de 2017 a 13:47 #

    Quisiera dejar un momento, sólo un momento, el pecho hueco.

    Quisiera ser una autómata inexpresiva.

    Quisiera diezmar e incluso matar el sentimiento que me inunda.

    Quisiera, por un instante, dividirme en diminutos pedazos y que una ráfaga de viento me hiciera desaparecer.

    Quisiera tener el corazón anestesiado.

    Quisiera cortar con la precisión de un bisturí el dolor que la insatisfacción produce.

    Quisiera dejar de gemir con maullidos lastimeros.

    Quisiera que la luz de la luna fuera el bálsamo que calmara mi desilusionado deseo.

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  12. Marta Torquat 3 de abril de 2017 a 15:17 #

    COLGANDO DEL CIELO

    Lo importante está ahí arriba, de vez en cuando baja a visitarnos en forma de inspiración. La inspiración genera ideas, ideas que se transforman en inventos o creaciones, así que todo tipo de arte viene colgado del cielo.

    La inspiración es ese paraguas que se abre, y no precisamente para resguardarnos de la lluvia, se abre para recoger todo lo que podamos pensar, es esa bombilla que de repente se ilumina con algo capaz de emocionarnos, algo que nos mueve hacia otro lugar donde estamos solos, pero acompañados de lo esencial, que como todos sabemos, es invisible a los ojos.

    Exactamente no sé de donde viene la inspiración, nunca me lo he preguntado, simplemente aparece sin pedir permiso, como pasa con todo lo que vale la pena en la vida.

    Quizás algo tenga que ver la Luna, afecta a las cosechas, a las mareas, a los animales…puede ser que venga de ese lugar que tenemos todas las noches a nuestra disposición, colgando del cielo.

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  13. Zoraida 3 de abril de 2017 a 17:42 #

    La lluvia

    Al sentir un suave olor a tierra mojada me acerqué a la ventana para descubrir el paisaje. Frondosos árboles mecían sus hojas con el suave viento existente, y se oía el murmullo del agua al caer en finas gotas, que repiqueteaban sobre el suelo. La lluvia siempre me hacía sentir una quietud que repercutía en mi estado de ánimo. Decidí salir a dar un paseo y disfrutar del momento. Me calcé unas botas de agua, me puse la gabardina y salí de casa. Caminé por el pequeño sendero que conducía hasta el lago, algunos ruidos casi imperceptibles se dejaban oír una y otra vez, luego desaparecían. Me senté en una piedra cerca del agua y dejé volar mis pensamientos. Había parado de llover y la luz caía con desmayo sobre el suelo. Pensé por un momento en los últimos acontecimientos de mi vida y mi decisión de cambiar su rumbo. Quería dedicarme a lo que siempre me había gustado y sin pensarlo demasiado había comprado esta casa en el condado de Kent. Aquí podría dedicarme a escribir y cumplir así uno de mis sueños. Recosté mi cabeza sobre una piedra y miré el cielo. Un arco iris apareció ante mis ojos, sus colores perdían intensidad y se difuminaban en la parte inferior .Permanecí unos instantes contemplándolo y me di cuenta de que todos los colores se dividían en sutiles tonalidades. Sentí una gran somnolencia y me dejé llevar…Un camino se abrió delante de mí y aunque no sabía adonde podía conducirme, avancé por él sin mirar atrás. A uno y otro lado se agolpaban los personajes de mis novelas preferidas que me pedían protagonismo para mi próximo libro…Una brisa ligera me despertó, y aún entre sueños pude ver caer desde el cielo un sinfín de sombrillas blancas como si fuesen mariposas.

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  14. Lorcats 4 de abril de 2017 a 8:58 #

    El enclenque gato ronroneaba complacido con las caricias de la mano más fea del mundo. Gordi era el premonitorio nombre que ella le puso cuando lo rescató, famélico. Seis años mas tarde, Gordi seguía siendo un saco de huesos y sus manos seguían siendo las más feas del mundo. Y las más frías. Es complicado mantener las manos calientes cuando toda tu sangre se acumula en las entrañas.

    Acariciar a Gordi le hacía perder la noción del tiempo. Entraba en modo piloto automático. Y así seguía cuando se fue a duchar. Sin encender la luz, solamente iluminada por los miles de puntos de pintura fluorescente del techo, entró en la ducha. Tropezó con el paraguas que se estaba secando en la bañera y alzó la vista, viendo las estrellas por partida doble.

    Cuando cesó el dolor abrió el agua. Caliente hasta el extremo. Le gustaba ducharse a oscuras. Su cuerpo casi parecía el de otra persona.
    Tratando de no mojar su pelo comenzó a bañarse. Enjabonó unos pechos mucho más grandes y duros que ante el espejo y disfrutó con el dolor del agua ardiendo sobre sus pezones, que en la oscuridad tenían un tamaño perfectamente proporcionado. Acarició el abundante pero invisible vello que unía su ombligo con su sexo, al encuentro de un clítoris cuyo tamaño y exagerada exposición siempre le habían acomplejado. Pero no así. No ahora. Ahora tenía el tamaño perfecto para sus cortos dedos. Para los labios torpes de la gran mayoría del género masculino, pese a que no recordaba la última vez que alguien había demostrado su inutilidad entre sus piernas.

    Una vez satisfecha, cerró el grifo y encendió la luz. El sol sustituyó a las estrellas. Agua mezclada con sangre de un corte producido por el paraguas desapareció para siempre por el desagüe. Ella, sin secarse, cogió al culpable de su corte y lo paseó por la casa, siempre abierto, dejando un rastro transparente y rojo tras de sí. Salió al balcón del octavo piso en el que vivía y, mientras el viento de poniente secaba las últimas gotas sobre su piel, alzó el paraguas y saltó. Como una Mary Poppins en la época de Google, pero con una sola trayectoria posible.

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  15. Benedetti 4 de abril de 2017 a 10:39 #

    Has brotado de mí
    costa bravía
    con sed de luz
    Tus aguas, entumecidas,
    piden a gritos tu último sol
    Quisiera ser luna para maullar sobre tus tobillos
    ya cansados del día
    Payaso quizá, para sacarte una sonrisa olvidada
    Una lágrima
    Niños corriendo
    sedientas sus vidas de sal
    Ignorancia bendita
    siempre a los pies del mundo.

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  16. Anita 5 de abril de 2017 a 17:52 #

    Al final del día, intento desatender mis pensamientos y hurgar en los ángulos de mi alma. Abrazo mi gato y contemplo la luna. Quisiera que ella me sostenga. Que su blanca magia me ampare y olvide el pasado. Que no se inquiete mi corazón por el futuro. De niña observé la luna con afición y curiosidad. Recuerdo el bálsamo de esperanza e ilusión que me hacia sentir.

    Me reclino en el escaño y me siento como un triste payasito indefenso. ¡Que lejos esta la infancia!

    Oscilo entre un sueño y otro, entre una idea y otra. La real certeza en mi, es ser victima de mi nociva rigidez.

    Reviso mis sentimientos. Intento modificarlos y soltar mis fantasías como sombrillas al viento que vagabundean entre brezos y aromos.

    Y la realidad ocurre; iluminada por ampolletas de cristal que irradian claridad, esplendor, fulgor,… y permite no morir en la nocturna soledad.

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  17. Apolo XII 7 de abril de 2017 a 10:15 #

    —¡No te pares! ¡Sigue!
    Juan la cogía fuertemente de la mano. Rosa intentaba respirar al ritmo de sus pasos, pero sentía que le faltaba el aliento. Juan tiraba demasiado fuerte. Hacía daño.
    —No puedo más. Vete tú, yo me quedo —le dijo Rosa asfixiada.
    —No me vengas con esas. Tienes 16 años, joder. Deberías estar en plena forma.
    Juan la arrastraba. La empujaba por delante de él, siempre pendiente de quienes los seguían. Sabía que aquello era serio. Pretendía justificar para sus adentros aquellas fechorías. “La banda del Gato Negro”. ¿Quiénes eran esas tipos? ¿Qué pretendían?
    —No nos van a hacer nada, Juan. Déjalo ya. No hay nadie. Por el amor de Dios, Juan…, ¡no puedo más!
    Juan pensaba en su hermana. Dos meses desaparecida. En sus compañeras de trabajo. Un mes desaparecidas. En sus cuatro vecinas. Dos semanas desaparecidas. Demasiada gente desaparecida.
    —Nos tienen, Rosa. ¿No te das cuenta? ¡Nos tienen!
    —¿Quiénes, Juan? ¿Quienes? Llevamos dos horas corriendo…
    —Sigue corriendo, Rosa, joder…, ¡sigue corriendo!
    —Ya está —se paró Rosa—. Ya no puedo más. ¿Voy a morir, Juan? ¿Crees que voy a morir? Seguramente, Juan. Pero hoy no.
    Juan miró hacia arriba. Allí estaban aquellas luces fijas. Se dio cuenta de que una de ellas no tenía luz. Puede que no. Puede que sí tuviera luz, pero le pareció que no. Se dio la vuelta y vio que Rosa no estaba. Había desaparecido.
    A lo lejos un payaso sujetaba un paraguas mientras lo señalaba con tristeza.

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  18. Viridiana 7 de abril de 2017 a 10:24 #

    UN GATO NEGRO

    Un gato negro, digo “un”, porque era uno en concreto, viejo, y conocido. Todas las noches de luna se encaramaba al tejado de al lado de mi casa, y se ponía a maullar. Al principio me hizo gracia, y me asomaba por la ventana para verle; le faltaba una oreja y parte del rabo, seguramente recuerdos de sus batallas nocturnas, pero al cabo de varios días sin dormir, empecé a plantarme como deshacerme del susodicho minino.
    Primero, encendí todas las bombillas de mi casa, para ver si con la luz conseguía que se fuera, pero no, encima se paseaba por el alero con todo descaro. Mi segundo intento fue igual de frustrante, le tiré un paraguas con tan mala suerte que no le di, y rompió el cristal de la vecina. Hay un dicho que dice: “A la tercera va la vencida”, así que no me desanimé, y puse todo el intelecto a trabajar. Cuando las estrellas comenzaron a brillar y la luna salió a escena, mi “amigo” apareció de nuevo para colocarse en el lugar de costumbre; pronto comenzaría el concierto, aunque esta vez le esperaba una sorpresa, un muñeco vestido de payaso ocupaba su sitio. Se dio tal susto, que se le erizaron todos los pelos, y echo a correr tejados arriba con viento fresco.

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  19. Fresno 7 de abril de 2017 a 21:19 #

    Luces de neón en una bohemia gastada y plural, donde demasiada gente sabe opinar, por ser popular. El trasto no para, relación sonar-empalar.
    Césped para dormir. Perseguir a un enano, no pensar en mí. Un paraguas de hojas, donde me lleve el viento, esquizofrenia con quien vivir. No este trasto, yo quiero sombra y tener para reír.

    Muéstrate a los lobos, si tan solo…muérete.
    El pato ya es cisne, sin cabeza. Ahora el día acaba por donde empieza. La muerte le da caza pero él es más rápido, no sabe que corres es tumbarse, más despacio. El pacto: sellado. Como anillo al dedo, como sexo al sexo, nacimiento, o aliento al viento. Vives desde niño, preocupado, como un payaso triste. Estas lento, eres cansado. Muerto

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    • Efesio 9 de abril de 2017 a 9:57 #

      Será la luna de lobos la misma que descansa en el mar de la noche oscura ¿Quien quiere estrellas? En su memoria guarda los maullidos de un anhelo, los aullidos de su plenitud, las lágrimas que esperan para derramarse, o los cuerpos enlazados que descubren placeres bajo su hechizo; escondidos, cantados, llorados…
      Vida que nace de su influencia, paseos nocturnos que vigila hasta que los ojos la pierden, hasta que la senda brilla. Y otra vez la espera por ella, la espera por los aullidos, los anhelos, un gemido que rompe el alma… Noche tras noche, ella será el recipiente que guardará secretos.

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      • Narcisa 13 de abril de 2017 a 9:12 #

        voto este cuento

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      • lluvia de abril 23 de abril de 2017 a 20:13 #

        doy mi voto a efesio

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    • Jennifer Jones 17 de abril de 2017 a 17:33 #

      Doy mi voto a Fresno

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  20. Antonio Lenzi 8 de abril de 2017 a 15:54 #

    Atardecía. Una gentil lluvia caía sobre el patio de Villa Paresi. Pinos altos, típicos de la zona, hacían del lugar un escenario refinado y lúgubre. Extraño y confuso. Sombrillas transparentes colgaban del tendedero, y en el fondo, agentes de la policía tomaban medidas y recintaban el espacio.
    El inspector Moretti observaba detenidamente. Se dirigió lentamente hacia donde estaba el cadáver, y tropezó con una cesta que contenía un payaso triste y con sombrero, un cuaderno, y una postal con bombillas encendidas.
    Con un ademán, llamó a un policía para que tomara nota de lo encontrado, y prosiguió su destino.
    Al parecer, Ornella, la amucama de los Paresi por mas de cuarenta años , se había suicidado. Muerte por envenenamiento.
    Como siempre hacía, sacó de su bolso de piel marrón una silla plegable, y se sentó junto al cadáver.
    La miró detenidamente. Mujer de unos sesenta años, de estatura baja y regordeta.
    –Pobre. –pensó. Que vida mas insípida. Todos estos años al servicio de esta familia, y terminar así. Pensar que otra mujer a su edad podia estar disfrutando de sus hijos, un buen amante o unas merecidas vacaciones.
    Notó, que su uniforme estaba mal abotonado.
    Se acercó aún más. Una marca morada debajo de su barbilla. La habían asesinado. La habían obligado a ingerir el veneno despues de muerta.
    Y cuando quiso llamar al medico forense, vió que todos se habían marchado. Solo quedaban él, y un gato negro que lo miraba desde el muro que recintaba la villa, cómplice del brutal asesinato. Una Hermosa luna creciente, iluminaba la noche.

    Antonio Lenzi

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    • Inyanga 12 de abril de 2017 a 17:36 #

      Ynyanga vota a Antonio Lenz

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    • Viridiana 21 de abril de 2017 a 9:13 #

      Viridiana vota por Antonio Lenzi

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  21. Cebrino 8 de abril de 2017 a 18:25 #

    Fundirse cada luna de mi vida
    cuando siento el pesar del universo,
    me nublo en las aguas del embarcadero
    y los faros estan somnolientos.
    No hay escuela de payasos
    para las risas de las ninfas
    y se lava la cordura en las cantarillas.
    En la ciudad viviente de las palabras
    donde se atesora el rugido antagónico
    a ltrascurrir del tiempo
    que deambula entre bombillas etereas
    sin la potestad de la patria humana.
    hasta que el fin es el inicio
    de la espiral estipulada a la belleza

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  22. AMIR 9 de abril de 2017 a 21:30 #

    No, sus lunas iguales no son, solo lucen en el mismo cielo, al caer la noche.
    Chloe, desde su lujoso ático de Manhattan, brinda con burbujas doradas su mayoría de edad. En la terraza, la luna llena corona su cabeza y responde paciente a sus preguntas de amor. Miles de bombillas iluminan su vida, siente tenerlo todo y nada le falta.

    Postrada ante las finas arenas del Sáhara, Amira, en sus largas noches de vigilia abraza a su muñeco triste de sonrisa herida, y a su luna naranja le habla sin voz. Su madre le observa y le dice: «Nuestra luna llena es sorda a lamentos e infiel a su color». Amira insiste y, le ruega una vez más que proteja de miedos inciertos su haima, su lecho y su entrada.
    No desespera, sabe que su poder es inmenso; animales, plantas y mares se inclinan sumisos ante ella. ¿Por qué entonces —pregunta— no insuflas esperanza en mi vida, una vida llena de abusos, muerte y dolor?
    No, sus lunas iguales no son, solo lucen en el mismo cielo, al caer la noche.

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    • SGIG NEMO 14 de abril de 2017 a 18:50 #

      Yo, SGIG.NEMO, doy mi voto a AMIR.

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    • Gloriana 18 de abril de 2017 a 16:04 #

      Yo Gloriana voto a Amir

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  23. Marcello 10 de abril de 2017 a 8:35 #

    Estaba despierto en un ¨sueño vivido¨ con multitud de imágenes que se entremezclaban, gatos de todos los colores, paraguas para los días de sol, payasos terroríficos y libros, muchos libros ; uno de ellos cayó en mis manos.
    Lo había escrito un amigo: su primer libro, un ensayo sobre su país. Era una autoedición y le había supuesto un gran esfuerzo económico.
    Nos conocimos en el internado, éramos grandes amigos. Lo fuimos durante años. Le dejaba mi ropa que me devolvía limpia pero con un olor de trabajos en los campos de algodón de sus antepasados.
    Un día me trasladé a Madrid , donde vivía con su familia.
    Comimos juntos y todo fue sencillo, de pocas palabras y muchos gestos de cariño, que el tiempo no había conseguido borrar.
    Me enseñó su biblioteca y sus proyectos. En lugar preferente estaba su único ejemplar. Insistí mucho en llevármelo para poder leerlo. Él se resistía, al final se lo quité suavemente de sus manos. Esa misma noche lo leí hasta la mitad. Por la mañana el libro no estaba ,desapareció, se perdió y con él perdí también su amistad.
    Años después, el domingo pasado en una librería de libros usados me llamó la atención uno en el que reconocí al de mi amigo. Lo compré y me fui a correos para enviarlo urgente.
    No me ha contestado. Es pronto.

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  24. Lluvia de abril 10 de abril de 2017 a 21:12 #

    Paraguas.Miedos que nos impiden empaparnos de vida.Precauciones plegadas dentro de un bolso.Por si la lluvia arrecia y no hay otro cuerpo donde cobijarse.Para que la soledad no cale hasta los huesos.
    Escudos contra el agua que taconea,apuñala,purifica.
    Transparentes por los que se cuela la relidad.De vivos colores,para optimizarla.Grises y oscuros,caparazones de tristeza.
    Coartadas de incipientes parejas y parapetos de lágrimas furtivas.
    Mágicos, que hacen volar a institutrices y,que vueltos del revés,navegan río abajo.
    Molestos unas veces,inútiles otras y víctimas de continuos olvidos.

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  25. SGIG NEMO 11 de abril de 2017 a 9:43 #

    EL MISTERIOSO TEATRO NEGRO

    Picado por la curiosidad, Jorge se coló en el interior de la carpa del «Misterioso Teatro Negro». Todo era oscuridad. Decepcionado, se disponía a marcharse, cuando oyó que, desde el fondo de la sala, alguien le chistaba.

    –«Es a tí, muchachito», dijo una voz aguda.

    Jorge vio cómo, milagrosamente, apareció de la nada un payaso de trapo. Estaba recostado sobre un viejo cesto de mimbre y su expresión denotaba una profunda tristeza.

    –«Me llamo Flappy», dijo la vocecilla. «¿Y tú?»

    — «Jorge», respondió, mordiéndose las uñas. «¿Por qué estás tan triste?»

    –«¿Triste, yo?»

    Dio un brinco e hizo la postuta del pino. Invertido, el rostro del muñeco reflejaba una graciosa sonrisa. Flappy le confesó que, en realidad, sólo estaba aburrido. Chasqueó los dedos y en el escenario se proyectaron, de golpe, varias imágenes. Preguntó a Jorge qué veía. El niño respondió que se trataba de un gato negro mirando la luna, y unas cuantas bombillas encendidas. Flappy le animó a que le imitara, haciendo también el pino.
    Jorge quedó boquiabierto: gato y luna –vistos al revés– se habían convertido en una especie de risueña quijada. De ella salió una bandada de traviesos alienígenas. Rodearon con sus cápsulas al niño y le hicieron cosquillas. Su amigo le presentó a los «Ahuyentadores de Miedos y Tristezas». Cada persona tenía una «bombilla» asignada. Era necesario saberla encender, actuando con sinceridad. En caso contrario permanecía apagada. A veces, para siempre.

    El payaso iba a continuar, cuando oyeron voces. Se acercó al niño y le susurró:

    –» Acostúmbrate a mirar las cosas desde todas las posturas posibles. A ver más allá de tu nariz. Y… ¡chitón!»

    De un salto volvió al cesto. Las imágenes desaparecieron.
    .
    Lo último que Jorge vio fue a su amigo guiñarle un ojo y sonreír, antes de desvanecerse en la oscuridad.

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  26. Emili gin 11 de abril de 2017 a 17:45 #

    Miró en la estación por si veía su cara pero allí no había rostro que le pareciera familiar, volvía a sentir como un negro y corto pelo le nacía en las piernas , como se volvían puntiagudas sus orejas, sus uñas se volvieron afiladas , encorvó su espalda y comenzó a caminar por el vagón a cuatro patas maullando buscando alguien que le quisiera rascar la barriga.
    Así pasó el viaje hasta su destino, olisqueando y entre los brazos de cariñosos desconocidos, pero nadie puede volverse un gato para siempre por muy abandonado que se sienta.
    Llegó a su casa y al meterse en la cama, se cayó en su almohada un rizado pelo pelirrojo , su pijama se había vuelto de rayas rojas y blancas y una blanca tez palidecía su rostro.
    Su inexistente sonrisa se derretía y corvaba por debajo de su boca y su nariz se irritó provocando un escozor.
    El timbre de la puerta sonó de madrugada, una mujer esperaba en la puerta, le dijo que ya era libre, que su luz ya no era de bombilla, que no dependía de interruptor ni estaba atada con cables, que había vendido su filamento en una tienda a cambio de convertirse en estrella.
    Y ahora, ¿Cómo se pueden amar un payaso con pelos de gato y una bombilla convertida en estrella? Y ahora, ¿Quién sería el primero que cambiaría el escenario por las nubes o el cíelo por el suelo?
    Se volvieron lluvia, imposible atraparlos con las manos, hacerlos desaparecer, más imposible vencerlos con fuego porque os convertirán en cenizas.

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  27. Gloriana 11 de abril de 2017 a 21:02 #

    Gloriana

    ¡Una noche poco acertada!

    Ya se había puesto el pijama mientras seguía escuchando la música a lo lejos. En realidad, no le gustaban esas verbenas improvisadas bajo hileras de tristes bombillas, donde la gente arrastraba los pies al compás de una charanga desafinada; aunque, tumbada en el sofá, no podía evitar que las piernas se movieran al ritmo de aquellas notas destartaladas. Cuando el gato subió al alfeizar de la ventana y estampó su silueta contra la luna llena, un detonador se disparó en ella ¿Y si lo veía?
    Un poco de rímel, una ancha raya negra sobre los ojos y los labios muy rojos, desviaron su noche hacia la fiesta.
    Se sentó en una mesa un poco apartada y oteó la noche con el corazón pataleando en su pecho. Un trueno repentino la distrajo de su escrutinio. Algunos previsores abrían sus paraguas cuando empezaron a caer los primeros goterones.
    Entró en casa con los pies chapoteando en sus zapatos de tacón y se dirigió al baño para secarse. El espejo le devolvía una imagen con el maquillaje resbalando por su cara. Se alegró de que él no la hubiera visto con esa cara de triste payaso pintarrajeado.

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  28. Sïana 11 de abril de 2017 a 21:14 #

    Abro los ojos mientras una sonrisa se cuelga de mis labios. La Luz de las dos tristes bombillas que cuelgan solitarias del techo consiguen que gire la cabeza. Me muerdo el labio inferior mientras observo cómo sales del dormitorio. Me encanta mirarte cuando caminas desnudo. Suspiro. Necesito un cigarrillo. Me levanto y comienzo a caminar hacia el balcón, el Marlboro en una mano, el zippo que te regaló tu mujer por vuestro aniversario en la otra. Me tropiezo con algún objeto que hay tirado en el suelo. No es más que un zapato gigante de tu disfraz de payaso triste: los fines de semana amenizas fiestas infantiles; por las noches, juegas a entretenerme a mi; perfecto padre de familia entre semana. Tres caladas y mi cuerpo comienza a erizarse al contacto de las yemas de tus dedos, tus labios recorren mi cuello y tu lengua asoma lamiendo mi lóbulo derecho bajo la blanca, fría y atenta mirada de la luna. Me giro buscando el calor de tu abrazo al tiempo que nuestras bocas comienzan su particular baile al ritmo de los aullidos de los gatos callejeros. Llueve, pero no es impedimento para que los felinos continúen poniendo la música de fondo, como si un ejército de paraguas trasparentes impidieran que las gotas pudieran empaparlos. Noche efímera, o quizás no.

    Sïana

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  29. Tris/Trás 14 de abril de 2017 a 8:03 #

    Yo Tris/Trás doy mi voto a BAL-LA

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  30. Anita 16 de abril de 2017 a 15:26 #

    Mi voto es para » SIANA «

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  31. Mayakovski 16 de abril de 2017 a 17:19 #

    Yo Mayakovski voto por Jennifer Jones

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  32. Esteban Rey 19 de abril de 2017 a 22:55 #

    mi voto es para Marta Torquat

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  33. Alessandra 20 de abril de 2017 a 20:43 #

    Alessandra vota a Lorcats

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  34. Apolo XII 25 de abril de 2017 a 11:49 #

    Soy Apolo XII. Mi voto es para Sïana.

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