Tag Archives: Diálogos literarios

Diálogos literarios de la clave A54

19 Oct Personajes diálogos literarios

Después de las claves de escritura 32K y 30M, ocho personajes con muchas ganas de que algún autor los incluya en sus próximas ficciones se han acercado al taller de escritura creativa de Libro Vuela Libre para protagonizar los diálogos literarios de la clave A54 y acompañarnos en nuestros nuevos tributos de otoño a William Faulkner y Ray Bradbury .

Diálogos literarios. Galería de personajes de las actividades de escritura de la clave A54

Sigue las instrucciones de tu grupo para dar vida en tu próximo relato al personaje de la clave A54 que te elija:

Diálogos literarios en curso. Personaje 1

–Qué ilusión me hace este té con pastelitos. Todo está tan mono, tan cuqui, tan ideal… Me muero de amor por los detalles bonitos.

–¿No sientes tú esta melancolía en el aire?, ¿como si el tiempo se plegara sobre sí mismo?

–Hasta el puto café se ha derramado. Estoy hasta los cojones de aguantar gilipolleces. ¿Por qué no os vais a la mierda todos?, en serio.

Diálogos literarios en curso. Personaje 4

–Pues nada, que al final nos vamos a quedar todos mirando el reloj. Si queréis, pedimos unas birras y nos echamos unas risas.

–¡No me lo puedo creer, de verdad!¿Tú has visto lo que acaba de pasar? Es como si el mundo se hubiera dado la vuelta. Jamás pensé que algo así pudiera ocurrir, aún no me entra en la cabeza.

–Pues digas lo que digas no puedo parar de pensar en eso. ¿Y si todo sale mal? ¿Y si no llega? Necesito saberlo ya, no aguanto más.

–Bro, esto está siendo épico, en serio. La party está full, música top y vibes brutales. Literal, me estoy quedando en shock total.

–El tiempo se detiene cuando te miro. Amarte es como aprender a respirar de nuevo.

Diálogos literarios. Texto complementario de la clave A54:

—Perdonen que venga tan tarde —empezó a decir; y entonces, perdiendo de repente el dominio de sí misma, se abalanzó corriendo sobre mi esposa, le echó los brazos al cuello y rompió a llorar sobre su hombro—. ¡Ay, tengo un problema tan grande! —sollozó—. ¡Necesito tanto que alguien me ayude! 

—¡Pero si es Kate Whitney! —dijo mi esposa, alzándole el velo—. ¡Qué susto me has dado, Kate! Cuando entraste no tenía ni idea de quién eras.

 —No sabía qué hacer, así que me vine a verte. Lo mismo de siempre.

Las personas en dificultades acudían a mi mujer como los pájaros a la luz de un faro.

—Has sido muy amable viniendo. Ahora tómate un poco de vino con agua, siéntate cómodamente y cuéntanoslo todo. ¿O prefieres que mande a James a la cama? 

—Oh, no, no. Necesito también el consejo y la ayuda del doctor. Se trata de Isa. No ha vuelto a casa desde hace dos días. ¡Estoy tan preocupada por él!

En “El hombre del labio retorcido”, de Arthur Conan Doyle.