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La evolución de los personajes en la novela

20 Abr

La evolución de los personajes es un pilar fundamental en la construcción de la novela que protagonizará las próximas actividades y dinámicas de grupo de los talleres de escritura creativa adscritos a LIBRO VUELA LIBRE y a su liberación de talentos en Valencia.

Después de las distintas propuestas para trabajar las emociones complejas y la palabra interior de los seres de ficción del bloque C, sigue las instrucciones de tu grupo de escritura para fortalecerte en el manejo de las transformaciones de tus personajes a lo largo de tus obras de ficción.

La evolución de los personajes en la novela. Dinámicas de grupo en curso de los talleres de escritura de LIBRO VUELA LIBRE

Dos sobres, uno de color lavanda y otro de color aguamarina, inaugurarán las próximas actividades y dinámicas de escritura de la clave V42 en los talleres literarios de LIBRO VUELA LIBRE.

Material complementario de la clave V42

Él permanecía sentado en la penumbra de su celda, donde el silencio se hacía eco de sus tormentos. Con la primera luz del alba colándose tímidamente por la estrecha ventanilla, sus ojos se encontraron con el reflejo de un hombre desgarrado por el peso de sus pecados. He cometido actos inimaginables…”, murmuró para sí, mientras un estremecimiento de frío y remordimiento recorría su ser. En ese instante, las palabras de ella resonaron en su mente como un bálsamo inesperado: la fe en la redención, la promesa de un perdón que no borraba el pasado, pero sí ofrecía la posibilidad de un futuro distinto. Con cada sollozo contenido, el hombre sintió cómo el muro de orgullo que durante tanto tiempo lo había aislado comenzaba a desgastarse.

La evolución de los personajes en la novela. Sobre de color lavanda:

En la casa de sus abuelos el tiempo parecía un círculo inquebrantable: una y otra vez sus primos se veían atrapados en la misma infortunada sucesión. Elisa miraba el río, testigo silencioso de amores prohibidos y promesas rotas,mientras en el eco del viento se repetía la condena ancestral: “No se aprende, solo se olvida y se vuelve a caer”.Cada error, cada desdicha, volvía como la lluvia implacable que, sin cesar, arrasa con los campos marchitos y deja la amarga certeza de que el pasado, lejos de ser vencido, renace en cada latido de la historia familiar.

Homenajes a Julio Cortázar. Clave 56B

29 Ene Homenajes a Julio Cortázar en los talleres de escritura creativa en Valencia de Libro Vuela Libre

Homenajes a Julio Cortázar, actividades complementarias de la clave 56B en los talleres de escritura adscritos a LIBRO VUELA LIBRE

Mientras esperamos el resultado final de todas las votaciones de los jurados de los torneos literarios de Libro Vuela Libre 2025, un nuevo bloque de tributos a la literatura de Cortázar complementará las actividades de la clave 56B de sus talleres de escritura creativa en curso.

Sigue todas las instrucciones de tu grupo online o presencial para empezar a disfrutar de las primeras propuestas inspiradas en este gran narrador del siglo XX que ha sido una de las voces más creativas de la literatura.

Homenajes a Julio Cortázar. Actividades complementarias de la clave 56B

Tributos a la literatura de Cortázar. Fragmento 1 de La señorita Cora:

No entiendo por qué no me dejan pasar la noche en la clínica con el nene, al fin y al cabo soy su madre y el doctor De Luisi nos recomendó personalmente al director. Podrían traer un sofá cama y yo lo acompañaría para que se vaya acostumbrando, entró tan pálido el pobrecito como si fueran a operarlo en seguida, yo creo que es ese olor de las clínicas, su padre también estaba nervioso y no veía la hora de irse, pero yo estaba segura de que me dejarían con el nene. Después de todo tiene apenas quince años y nadie se los daría, siempre pegado a mí aunque ahora con los pantalones largos quiere disimular y hacerse el hombre grande. La impresión que le habrá hecho cuando se dio cuenta de que no me dejaban quedarme, menos mal que su padre le dio charla, le hizo poner el piyama y meterse en la cama. Y todo por esa mocosa de enfermera, yo me pregunto si verdaderamente tiene órdenes de los médicos o si lo hace por pura maldad. Pero bien que se lo dije, bien que le pregunté si estaba segura de que tenía que irme. No hay más que mirarla para darse cuenta de quién es, con esos aires de vampiresa y ese delantal ajustado, una chiquilina de porquería, que se cree la directora de la clínica. Pero eso sí, no se la llevó de arriba, le dije lo que pensaba y eso que el nene no sabía dónde meterse de vergüenza y su padre se hacía el desentendido y de paso seguro que le miraba las piernas como de costumbre. Lo único que me consuela es que el ambiente es bueno, se nota que es una clínica para personas pudientes; el nene tiene un velador de lo más lindo para leer sus revistas, y por suerte su padre se acordó de traerle caramelos de menta que son los que más le gustan. Pero mañana por la mañana, eso sí, lo primero que hago es hablar con el doctor De Luisi para que la ponga en su lugar a esa mocosa presumida. Habrá que ver si la frazada lo abriga bien al nene, voy a pedir que por las dudas le dejen otra a mano. (…)

Tributos a la literatura de Cortázar. Fragmento 2 de La señorita Cora:

Pero sí, claro que me abriga, menos mal que se fueron de una vez, mamá cree que soy un chico y me hace hacer cada papelón. Seguro que la enfermera va a pensar que no soy capaz de pedir lo que necesito, me miró de una manera cuando mamá le estaba protestando… Está bien, si no la dejaban quedarse qué le vamos a hacer, ya soy bastante grande para dormir solo de noche, me parece. Y en esta cama se dormirá bien, a esta hora ya no se oye ningún ruido, a veces de lejos el zumbido del ascensor que me hace acordar a esa película de miedo que también pasaba en una clínica, cuando a medianoche se abría poco a poco la puerta y la mujer paralítica en la cama veía entrar al hombre de la máscara blanca… La enfermera es bastante simpática, volvió a las seis y media con unos papeles y me empezó a preguntar mi nombre completo, la edad y esas cosas. Yo guardé la revista en seguida porque hubiera quedado mejor estar leyendo un libro de veras y no una fotonovela, y creo que ella se dio cuenta pero no dijo nada, seguro que todavía estaba enojada por lo que le había dicho mamá y pensaba que yo era igual que ella y que le iba a dar órdenes o algo así. Me preguntó si me dolía el apéndice y le dije que no, que esa noche estaba muy bien. “A ver el pulso”, me dijo, y después de tomármelo anotó algo más en la planilla y la colgó a los pies de la cama. “¿Tenés hambre?”, me preguntó, y yo creo que me puse colorado porque me tomó de sorpresa que me tuteara, es tan joven que me hizo impresión. Le dije que no, aunque era mentira porque a esa hora siempre tengo hambre. “Esta noche vas a cenar muy liviano”, dijo ella, y cuando quise darme cuenta ya me había quitado el paquete de caramelos de menta y se iba. No sé si empecé a decirle algo, creo que no. Me daba una rabia que me hiciera eso como a un chico, bien podía haberme dicho que no tenía que comer caramelos, pero llevárselos… Seguro que estaba furiosa por lo de mamá y se desquitaba conmigo, de puro resentida; qué sé yo, después que se fue se me pasó de golpe el fastidio, quería seguir enojado con ella pero no podía. Qué joven es, clavado que no tiene ni diecinueve años, debe haberse recibido de enfermera hace muy poco. A lo mejor viene para traerme la cena; le voy a preguntar cómo se llama, si va a ser mi enfermera tengo que darle un nombre.

Actividades de escritura en curso. Torneos literarios 2025

22 Dic Actividades de escritura creativa en Valencia de los talleres literarios de LIBRO VUELA LIBRE. Torneos literarios en curso

Actividades de escritura de los torneos 2024-2025 de los talleres literarios adscritos a LIBRO VUELA LIBRE en Valencia. Paneles de juego en curso

Actividades de escritura en Valencia de los talleres literarios de Libro Vuela Libre en Valencia. Torneos 2025

El escritor suizo Martin Suter, con su obra Lila, Lila; una de las voces más significativas de la Generación del 27: la poeta, prosista, dramaturga y ensayista Carmen Conde, con su poema Límite; y el escritor mexicano Juan Rulfo, con su novela corta El gallo de oro, protagonizarán los tributos literarios de la primera fase de los torneos 2024-25 de los talleres de escritura de LIBRO VUELA LIBRE, que este año tienen tres paneles de juego: el lila, el cobrizo y el dorado.

Duodécima edición de los torneos literarios de invierno de LIBRO VUELA LIBRE

En estos torneos de invierno, de temática libre, pero sujetos a premisas de escritura comunes, los participantes volverán a dar rienda suelta a su imaginación y formarán parte de una dinámica grupal que los posicionará tanto en el rol de creadores como en el de jurado. En esta edición de los torneos participará también un jurado externo, integrado por especialistas de la cultura y la crítica literaria, cuyas votaciones tendrán este año un peso en la valoración final del 60%.

Si eres uno de los autores en formación de los talleres de escritura creativa de LIBRO VUELA LIBRE que ya ha sido invitado a participar desde las 00:00 h del 23 de diciembre de 2024 a las 00:00 h del 7 de enero de 2025 en alguno de estos paneles de juego, sigue las instrucciones de tu grupo de escritura presencial u online y participa en la primera fase de los duodécimos torneos literarios de LIBRO VUELA LIBRE, que este año obsequiarán al ganador o ganadora con una cesta literaria personalizada por el comando liberalibros, el diploma acreditativo del ganador 2024-25 de los torneos y la publicación del relato premiado.

Actividades de escritura. Paneles de juego lila, cobrizo y dorado

Panel lila. Actividades de escritura en curso

( 2 de 3)

La señora Bügler había encargado tapas para seis «porque alcanzan para diez». Resultó que las tales tapas no eran más que unas lonchas de embutido y algún que otro trozo de pescado ahumado. Lo justo para seis personas, consideró David, que no había comido al mediodía.
El público que había asistido a la lectura de David estaba reunido casi al completo en aquella cueva que olía a tabaco, en torno a una mesa larga. Solo faltaban las dos señoras mayores de la primera fila. Eran dos hermanas solteras, le explicó la señora Bügler, que no se perdían ni una lectura. Al comienzo del acto habían provocado la risa de los demás, cuando la más sorda de las dos le gritó a la otra: «¡No oigo nada!», y la hermana le contestó, también a gritos: «¡Es que no dice nada!»

Fragmento de «Lila,Lila», de Martin Suter

( 2 de 3)

3, 2 o 1

Panel dorado. Actividades de escritura en curso

( 2 de 3)

Dionisio Pinzón abandonó la plaza de gallos llevando en sus manos unas cuantas plumas
y un recuerdo de sangre. Fuera, rugían los gritos de la feria; las diversiones; el anuncio de las
tandas en las carpas; el pregón de las loterías; de la ruleta; las voces sordas de los albureros y
de los jugadores de dados, y las voces ladinas de los que invitaban a los mirones que atinaran
dónde había quedado la bolita. Hasta él llegaba todavía el rumor del palenque; el hedor a
humo y alcohol que opacaba el de la sangre regada en el suelo y el de los gallos muertos,
deshuesados, colgados de un garabato. Y los gritos de un público frenético que clamaba: ¡Ése
es reguindón! ¡Está entumido! ¡Viva Quitupan! que a su vez apagaba la doble voz de las
cantadoras y el ruido hueco de las cuerdas del tololoche. Todo mezclado con el confuso
griterío de los mercaderes, tahúres y músicos ambulantes.
Lo trajo a la realidad el traqueteo de los dados en un cubilete y el rodar de éstos sobre la
verde franela. Allá dentro del palenque había vuelto el silencio, terminado ya el intervalo
entre su pelea y la que ahora se libraba.

Fragmento de «El gallo de oro», de Juan Rulfo

3, 2 o 1

Tributos literarios de la clave A-98

8 Nov

Las obras de dos grandes narradores estadounidenses, Philip Roth y Raymond Chandler, y de la escritora y periodista española Elvira Lindo, protagonizarán los próximos tributos literarios de la clave A-98 en los talleres de escritura creativa de LIBRO VUELA LIBRE en Valencia.

El pecho, una novela corta de Philip Roth publicada en 1972 en la que su protagonista, el profesor de literatura David Kepesh, enfrenta un conflicto entre sus deseos y su parte racional; El sueño eterno, la novela negra publicada en 1939 con la que Raymond Chandler presentó a su personaje más conocido: el detective Philip Marlowe, y Lo que me queda por vivir, una novela ambientada en un Madrid de los años ochenta al que Elvira Lindo nos invita a entrar a través de una historia sobre la experiencia temprana de la pérdida, serán las primeras obras narrativas en inspirar las actividades complementarias de la clave de escritura A-98.

Tributos literarios a Philip Roth: «El pecho». Fragmento 1 de la clave de escritura A-98:

PHILIP ROTH, El pecho

No era dolor, al contrario, la sensación era más bien agradable, y no obstante me parecía tan extraño sentir aquello que grité.

—¡Me he quemado! ¡Ha sido un incendio!

—Cálmese, señor Kepesh —me dijo una mujer—. Solo le estoy lavando. Me limito a lavarle la cara.

—¿La cara? ¿Dónde está? ¿Dónde están mis brazos? ¿Y mis piernas? ¿Dónde está mi boca? ¿Qué me ha ocurrido?

Entonces habló el doctor Gordon.

—Se encuentra en el hospital Lenox Hill, David. Lleva aquí diez días. Le he visitado a diario por la mañana y la noche. Disfruta usted de excelentes cuidados y de todas las atenciones que requiere. En estos momentos le están lavando la cara con una esponja, agua templada y jabón. Eso es todo. ¿Acaso le duele lo que le están haciendo?

—No —gemí—, pero, ¿dónde está mi cara?

—Deje que la enfermera le lave y dentro de un rato hablaremos. Debe descansar todo lo que pueda.

—¿Qué me ha ocurrido?

Recordaba el dolor y el terror, pero nada más: había sido como si me hubiesen disparado una y otra vez desde un cañón contra un muro de ladrillo y a continuación me hubiera pisoteado un ejército de botas. En realidad era más bien como si hubiera sido un hombre de caramelo masticable, extendido en direcciones opuestas por el pene y las nalgas, hasta llegar a ser tan ancho como largo había sido. Los médicos me dicen que no pude estar consciente más que unos pocos minutos, pero, al rememorarlo, me parece que estuve despierto para notar que cada hueso de mi cuerpo se quebraba y se reducía a polvo.

—Si ahora pudiera relajarse…

—¿Cómo me alimentan?

—Intravenosamente. No debe preocuparse. Se le alimenta todo lo necesario.

—¿Dónde están mis brazos?

—Deje que la enfermera le lave y luego le friccione con aceite, y ya verá como se siente mucho mejor. Entonces podrá dormir.

Tributos literarios a Raymond Chandler: «El sueño eterno». Fragmento 2 de la clave de escritura A-98:

RAYMOND CHANDLER, El sueño eterno

Su voz pareció venir de lejos.

—Es usted un hombre terrible, terrible.

—Sí; y usted es su hermana mayor. ¿Qué va a hacer en relación con todo esto?

—No puede probar una palabra de nada.

—¿Que no puedo probar qué?

—Que ella le disparó. Usted dijo únicamente que estuvo en los pozos con ella. No puede probar una palabra de lo que dice.

—Cierto —repuse—, pero no pensaba intentarlo. Yo estaba pensando en otra ocasión en que el revólver se hallaba cargado con balas. —Sus ojos eran como charcos de oscuridad, mucho más vacíos que la oscuridad misma—. Pensaba —continué— en el día en que Regan desapareció, al caer la tarde, cuando la llevó a esos viejos pozos para enseñarla a disparar y puso una lata en algún sitio diciéndole que disparase y se quedó junto a ella mientras hacía fuego y no disparó a la lata. Volvió el revólver y le disparó a él, del mismo modo que lo hizo hoy conmigo y por el mismo motivo.

Tributos literarios a Elvira Lindo: «Lo que me queda por vivir». Fragmento 3 de la clave de escritura A-98:

ELVIRA LINDO, Lo que me queda por vivir

—¿Se puede saber dónde estabas?

—Comprando.

—¿Comprando? ¿Comprando qué? ¿Dejas solo a un niño de cuatro años y te vas a comprar?

—Solo ha sido media hora.

—¿Media hora? De media hora, nada. Me llamó al trabajo. ¿Sabes cómo he venido? He venido loco, loco.

—No quiso venirse conmigo.

—¿Y tú haces lo que él dice?

—Se quedó viendo la tele, qué coño le podía pasar.

—De todo, podía haberle pasado de todo, pero lo que pasó exactamente es que salió a esperarme a la escalera y con un golpe de viento se cerró la puerta. Es decir, que durante unos quince minutos estuvo en la escalera, solo. ¿Y si hubiera decidido esperarme en la calle?

Otros tributos literarios en curso:

La muerte en la literatura. Clave literaria M56

27 Oct La muerte en la literatura en los talleres de escritura creativa en Valencia de LIBRO VUELA LIBRE

La muerte en la literatura, actividades complementarias de la clave M56 en los talleres de escritura creativa adscritos a LIBRO VUELA LIBRE. Dos séquitos muy distintos de seres sobrenaturales y la muerte, uno de los temas más fascinantes y clásicos de la literatura, acaban de llegar a nuestro taller de escritura en Valencia para inspirar las actividades literarias de la clave M56.

La muerte en la literatura. El juego de las tres puertas:

Sigue las instrucciones de tu grupo y elige uno de estos tres códigos de colores: el naranja, el negro o el violeta, para adentrarte en el portal oscuro donde tendrán lugar nuestros próximos desafíos a la imaginación.

La muerte en la literatura. Tributos literarios de la clave M56 de los talleres en curso: «Cuerpo presente», de Federico García Lorca:

La piedra es una frente donde los sueños gimen
sin tener agua curva ni cipreses helados,
La piedra es una espalda para llevar al tiempo
con árboles de lágrimas y cintas y planetas.

Yo he visto lluvias grises hacia las olas
levantando sus tiernos brazos acribillados,
para no ser cazadas por la piedra tendida
que desata sus miembros sin empapar la sangre.

Porque la piedra coge simientes y nublados,
esqueletos de alondras y lobos de penumbra;
pero no da sonidos, ni cristales, ni fuego,
sino plazas y plazas y otras plazas sin muros.

Ya está sobre la piedra Ignacio el bien nacido.
Ya se acabó; ¿que pasa? Contemplad su figura:
la muerte le ha cubierto de pálidos azufres
y le ha puesto cabeza de oscuro minotauro.

Ya se acabó. La lluvia penetra por su boca.
El aire como loco deja su pecho hundido,
y el Amor, empapado con lágrimas de nieve,
se calienta en la cumbre de las ganaderías.

¿Qué dicen? Un silencio con hedores reposa.
Estamos con un cuerpo presente que se esfuma,
con una forma clara que tuvo ruiseñores
y la vemos llenarse de agujeros sin fondo.

¿Quién arruga el sudario? ¡No es verdad lo que dice!
Aquí no canta nadie, ni llora en el rincón,
ni pica las espuelas, ni espanta la serpiente:
aquí no quiero más que los ojos redondos
para ver ese cuerpo sin posible descanso.

Yo quiero ver aquí los hombres de voz dura.
Los que doman caballos y dominan los ríos:
los hombres que les suena el esqueleto y cantan
con una boca llena de sol y pedernales.

Aquí quiero yo verlos. Delante de la piedra.
Delante de este cuerpo con las riendas quebradas.
Yo quiero que me enseñen donde está la salida
para este capitán atado por la muerte.

Yo quiero que me enseñen un llanto como un río
que tenga dulces nieblas y profundas orillas,
para llevar el cuerpo de Ignacio y que se pierda
sin escuchar el doble resuello de los toros.

Que se pierda en la plaza redonda de la luna
que finge cuando niña doliente res inmóvil;
que se pierda en la noche sin canto de los peces
y en la maleza blanca del humo congelado.

No quiero que le tapen la cara con pañuelos
para que se acostumbre con la muerte que lleva.
Vete Ignacio: No sientas el caliente bramido.
Duerme, vuela, reposa: ¡También se muere el mar!

Poema “Cuerpo presente”, de Federico García Lorca.

Otros tributos literarios en curso: