MANGUEL: EL LECTOR IDEAL -Valencia, taller de escritura-

Club de lectura en Valencia. Taller anual de escritura creativa +INFO: https://auroraluna.wordpress.com/about

Hoy vamos en busca del lector ideal. Los escritores, los pensadores lúcidos y amenos como Alberto Manguel, son una nutritiva bendición para los lectores, mientras que éstos son a menudo el origen de numerosos terrores nocturnos para el escritor y -bella paradoja- no hay segundo en que deje de latir la sangre lectora de un generador de historias.

La lectura y la escritura creativa están tan íntimamente unidas como la noche y el día, como el sol y la luna…, y no hay escritor que se precie que no haya desarrollado con anterioridad su músculo lector. En nuestros blogs, clubs, cursos y talleres literarios en Valencia somos plenamente conscientes de que la palabra es fruto y ancestro de ambas actividades nobles, y la degustamos, la paladeamos con el mismo placer que «El sueño del Rey Rojo, lecturas y relecturas sobre las palabras y el mundo«, otro tesoro reflexivo de este polifacético autor, que ha cultivado el mundo de las letras desde casi todos los ángulos posibles: ensayo, novela, crítica literaria, antología, traducción, edición… Que nadie se pierda este delicioso extracto de los Apuntes hacia una definición del lector ideal , de Alberto manguel:

[…]»Existen tres clases de lectores: uno, que disfruta sin juzgar; un tercero, que juzga sin disfrutar; otro, en medio, que juzga mientras disfruta y disfruta mientras juzga. Esta última clase verdaderamente hace vivir la vida de nuevo; sus miembros no son numerosos.» Goethe, en una carta a Johann Friedrich Rochlitz.

Los lectores que se suicidaron despues de leer Werther no eran lectores ideales sino sólo sentimentales.

Los lectores ideales rara vez son sentimentales.

El lector ideal desea llegar al final del libro y al mismo tiempo saber que el libro nunca se va a acabar.

El lector ideal nunca es impaciente.

Al lector ideal no le preocupan los géneros.

El lector ideal es (o parece) más inteligente que el escritor; el lector ideal no se lo recrimina al escritor.

Llega un momento en que todo lector se considera a sí mismo el lector ideal.

Las buenas intenciones no bastan para producir un lector ideal.

El marqués de Sade: «Escribo sólo para aquellos capaces de entenderme, y éstos pueden leerme sin ningún peligro».

El marqués de Sade se equivoca: el lector ideal siempre corre peligro.

El lector ideal es el personaje principal de una novela.

Paul Valéry: «Un ideal literario: saber finalmente no llenar la página de nada excepto «el lector».

El lector ideal es alguien con quien al escritor no le molestaría pasarse una tarde, con una copa de vino.

No hay que confundir a un lector ideal con un lector virtual.

Los escritores nunca son su propio lector ideal.

La literatura no depende de lectores ideales, sólo de lectores bastante buenos.

Alberto Manguel, Apuntes hacia una definición del lector ideal

(En El sueño del Rey Rojo, lecturas y relecturas sobre las palabras y el mundo)